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La literatura médica ha analizado dos aspectos técnicos relacionados con la inoculación del marcador: la localización de la inyección y el valor del masaje postinyección. En cuanto al primero de ellos, no existe unanimidad sobre la localización idónea de la inyección y, al menos, se han descrito cuatro técnicas de marcaje atendiendo a este criterio (ver Guideline).
Inyección intratumoral. Se trata de la técnica más cercana al concepto mecanicista del GC ya que intenta realizar el marcaje en el lugar exacto del tumor primario. Las limitación de esta técnica reside en su utilización en tumores no palpables ya que precisan de una inyección del marcador bajo control ecográfico. También se evidencia un retraso en la migración hacia el GC, con una mayor demora en su visualización, debido a que el trazador precisa atravesar el tumor hasta los linfáticos adyacentes.
Inyección peritumoral. Se trata de la técnica de marcaje más antigua y la utilizada con mayor frecuencia. El concepto es similar al anterior: los linfáticos situados alrededor del tumor son los que recogerán las células malignas en su migración al GC.
Inyección intradérmica. El grupo holandés de Borgstein introdujo la inyección intradérmica de colorante sobre la piel que cubre el tumor atendiendo a una premisa embriológica: la glándula mamaria y su piel circundante tienen el mismo origen embriológico y, por lo tanto, el mismo drenaje linfático.
Inyección peri y subareolar. El fundamento teórico de esta técnica de inyección presupone que en la región periareolar se asienta una red linfática de la cual parten los dos principales colectores linfáticos laterales hacia la axila. Los estudios realizados por Klimberg y Kern han demostrado que la inyección periareolar en este plexo es tan eficaz como la inyección peritumoral. Tras inyectar un mCi de coloide sulfurado de Tc99 se evidnecia que en la mayoría (90%) de las mujeres existe en ambas mamas un conducto o colector linfático único que une el plexo subareolar con el ganglio centinela en la axila. Este colector linfático se localiza en la mama derecha entre las 10 y las 12 horas, mientras que en la izquierda lo hace entre las 12 y las 2 horas. Secundariamente, en el 75% de los casos existe otro colector linfático en el mismo o en un sector adyacente al colector principal. Esta disposición anatómica debe ser considerada para la realización del marcaje subareolar en enfermas con biopsias previas en el cuadrante superoexterno ya que en tal circunstancia existe una alta probabilidad de interrupción de este colector linfático. Esta misma circunstancia obliga a una disección lateral de las lesiones asentadas en el cuadrante superoexterno con objeto de prevenir la interrupción de esta vía linfática. La principal ventaja de esta vía es su sencillez técnica, especialmente en lesiones no palpables, ya que únicamente precisa la inyección del marcador en el mismo cuadrante en donde asienta el tumor. Cuando se utiliza un marcador isotópico ofrece una ventaja añadida en aquellas lesiones que asientan en el cuadrante superoexterno o cola de Spencer, impidiendo la superposición de las imágenes correspondientes a la inyección y al GC.
La inoculación subareolar de colorante pone de manifiesto durante la mastectomía la presencia del colector linfático principal que conduce el marcador hacia el ganglio centinela situado en axila.